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¿Están empeorando los efectos especiales?

 

Los efectos especiales han cambiado mucho durante los últimos años. Cada vez son parte más importante de las películas que se estrenan año a año. Sin embargo, los efectos especiales no solo son los generados por computador, sino que también aquellos que se hacen de manera práctica. En los últimos años, los primeros se han hecho cada vez más prominentes en el cine, pero los segundos tienen grandes proponentes, como Christopher Nolan, por nombrar a uno.

Sin embargo, hay quienes aseguran que la calidad de los efectos especiales ha bajado en los últimos años, lo cuál puede ser cierto o mentira según a quién le preguntemos. Mi propósito hoy es explorar algunos de los factores que pueden estar generando esta percepción, ya que tenemos películas con más efectos que nunca.

Primero está el acostumbramiento: cuando sabemos qué buscar, lo encontramos inmediatamente. Esto pasa especialmente cuando lo que se está recreando es un elemento que existe en la vida real, lo que provoca un efecto llamado “valle inquietante” cuando no es del todo realista, sino que se ve como que algo está mal, sin poder explicar bien qué.

Por el otro lado, cuando se trata de algo que no existe en la actualidad, como puede pasar en una película de ciencia ficción, la forma en la que se manejan los efectos afecta profundamente algo llamado “suspensión de creencia”, que es cuando somos capaces de sumergirnos por completo en lo que está pasando en pantalla sin cuestionarlo.

Un ejemplo de lo anterior es “Jurassic Park”, cuyos dinosaurios fueron bien recibidos en su tiempo, y siguen viéndose bien hoy. Algo que le ayudó a que se vieran tan bien es que aprovechó dos cosas a su favor: la cantidad de imágenes por segundo, que en el cine son 24, y un pequeño desenfoque de movimiento que suaviza los movimientos que se ven en cada uno de los fotogramas.


Las películas que son susceptibles a que les pase lo contrario son las películas de terror, en las que una mala inmersión o mala atmósfera centrará la atención en los efectos especiales, que usualmente no son buenos, sobre todo en películas de bajo presupuesto.

El antídoto es usar efectos prácticos, o mejorar estos mismos con imágenes por computadora, pero esta es una línea muy delicada de cruzar. Un ejemplo de hacerlo bien es “Mad Max: Furia en la Carretera”, que utilizó efectos prácticos y luego utilizó gráficos por computadora para juntar las imágenes de diferentes vehículos filmados por separado.

 

Un ejemplo de hacerlo mal es “La Cosa” de 2011, precuela de la original de 1982, donde los efectos especiales no se ven bien porque se quedaron a medio camino de que se viera realista. La película original, de 1982, utilizó animatrónicas para crear los efectos especiales, por lo que su movimiento no se ve extraño ni alcanza el “valle inquietante”.

Esto da pie a un gran problema, que es la paradoja de los efectos especiales: solo se notan cuando son malos. No pretendo despreciar ni menospreciar el trabajo de los artistas de efectos especiales, pero esta frase condena su trabajo y genera la discusión sobre si el cine actual está abusando del CGI.

Pero hay otro gran problema, y es que los estudios de efectos especiales tienen tanto trabajo hoy en día, que se necesitan múltiples estudios para producir una película. En 2018, “Avengers: Infinity War” requirió el trabajo de 10 estudios, y “Endgame” requirió 12. También, con mucha más tecnología disponible, “Guardianes de la Galaxia, Vol. 3” requirió el trabajo de 11 estudios. Este número ha tendido a ir en crecimiento a medida que crece la escala de las producciones, y la explotación de los artistas ha aumentado, bajando la calidad de los efectos y empeorando las condiciones de trabajo.

Los efectos especiales son algo complicado de descomponer. No hay una solución mágica que sirva para todas las películas, pero hay una razón por la que muchos prefieren los efectos prácticos por sobre los gráficos por computadora. Hay que tener muchas cosas en consideración antes de llegar y opinar sobre estos, y solo pretendo informar un poco sobre estos con esta columna.

 Escrito por Mario.