En Pantalla: Designated Survivor - Temporada 3


Título: Designated Survivor
Año: 2019
Género: Drama Político
Capítulos: 10
Canal de Origen: Netflix

La segunda temporada de "Designated Survivor" fue derechamente pésima. Se enfocó en las partes equivocadas y dejó a su protagonista como un personaje muy plano. Quizás fue ese problema lo que causó la pérdida de interés y su eventual cancelación. Sin embargo, Netflix ha rescatado la serie y hace poco se estrenó una temporada de 10 capítulos, aunque con varios cambios, muchos de los cuales son para mejor, pero tampoco son una maravilla.

La tercera temporada de la serie muestra a Tom Kirkman intentando ser electo como presidente de Estados Unidos tras ocupar el puesto de forma interina. Muchos de sus aliados han regresado, pero también sus rivales. Kirkman deberá lidiar con presiones internas y externas mientras navega el mundo político en una época crítica.

La temporada parte bien, y termina mejor, aunque sigue pecando con su más grande falla: el sentimentalismo. Todos tenemos nuestras creencias, y está bien, pero muchos de los asuntos son tratados de forma poco sutil, y tratando de forma desesperada de predicar las creencias de sus creadores y escritores. Esto la hace poco interesante para las personas que no coincidan con estas creencias, alienando mucho a la mitad de la posible audiencia de la serie.

Muchos personajes han sido eliminados y otros reemplazados. Quizás el más notorio es Lyor Boone, quien daba un cierto toque cómico a las situaciones que se daban a nivel personal en la casa blanca. Sin embargo, el tono más serio que se trata de mantener lo habría excluído, por lo que se le extraña, pero se comprende su eliminación.

Los actores suelen hacer un buen trabajo, pero muchos de ellos son bastante unidimensionales. Kirkman comienza a mostrar su lado oscuro, que es algo que se agradece y que debe profundizarse para mantener la serie a flote. También, varios de los personajes comienzan a manipular las situaciones con tal de conservar su poder, gracias al acierto que fue la inclusión de un personaje como Lorraine Zimmer, una directora de campaña política con muy pocas reservas, pero tampoco es milagroso.

También, esta temporada acaba con uno de los principales personajes de las dos temporadas anteriores de forma bastante poco ceremoniosa, acabando con una sub-trama importante de la historia. No hay muchas formas de retomar esta arista, pero tampoco hay vuelta atrás con esta decisión de la historia.

La temporada representa una mejora con respecto a su temporada anterior, pero sigue teniendo mucho que mejorar. Quizás su gran defecto es alienar a la mitad de su audiencia al enfocarse más de lo necesario en la agenta política, ya que el potencial para hacer algo que apele a más público está, pero no se está aprovechando. De haber una cuarta temporada, es necesario hacer más cambios, porque sigue siendo más un placer culpable que un producto serio.


  1. Escrito por Mario.  


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