Libro: Preguntale a Alicia

Título: Pregúntale a Alicia

Autor: Anónimo

Editorial: Punto de Lectura

Páginas: 199 pág.

Sinopsis: 

Alicia es una adolescente con los problemas habituales de su edad: está descontenta con su físico y obsesionada por la falta de popularidad entre sus compañeros. Ella lo vive con un sufrimiento intenso y tan sólo encuentra consuelo en la escritura de su diario íntimo.  Cuando alguien la invita a una fiesta, descubre que las drogas le permiten desinhibirse y superar, aparentemente, sus dificultades para relacionarse. Inicia así un viaje al infierno de la adicción, presidio por una doble angustia: la que producen los fracasos de sus intentos por desengancharse y la que se origina por la incomprensión de su familia que nunca llega a entender el alcance de la tragedia que Alicia está viviendo.

Uno de los libros más leídos en los años setenta, basado en una historia real.

Opinión:

Buenos días, tardes, noches -depende a qué hora usted está leyendo la reseña- espero que se dé el tiempo de leer, analizar y reflexionar respecto al libro que les traigo a la palestra en esta edición, antes de ir de lleno con la reseña -ya es costumbre- me gusta contextualizar, crear una leve microhistoria que involucre cómo llegué al libro, etc. Ya, “Pregúntale a Alicia” fue un libro que leí en la etapa escolar, onda a los catorce, quince años, y lo quise releer ahora a mis no sé -muchos- cuántos años, para comprender mejor, y tener una idea mejor formada de lo que nos quiere entregar, me pareció muy interesante la primera vez que lo leí, me sentí identificado en esos años mozos -en algunas cosas de la historia- por eso quise sumergirme otra vez en las páginas que nos presenta la vida de la protagonista.

La historia se basa -se supone- en un caso de la vida real, en la que Alicia -una chica adolescente- estadounidense ambientada en la década del sesenta, nos cuenta sus vivencias a través de un diario de vida que trata de escribir cada vez que puede -no es muy constante que digamos-, a lo largo de la trama ella lucha con las típicas -no sé si tan típicas, pero ocurren- , situaciones que aquejan a una joven en plena adolescencia, se siente insatisfecha físicamente, el primer amor, no es tan popular en la escuela -como ella espera-, está en constante conflicto con sus padres, principalmente su madre que según ella no la comprende, por lo que se refugia en algunos conocidos de su escuela, que consumen, comercializan y revenden drogas -todos menores de edad-. Esto genera que se involucre de lleno en el consumo, generando conflictos internos en ella, además de relatarnos sus vivencias dentro de ese mundo.

Creo que conté mucho, pero a la vez nada, así que no se desanimen si lo quieren leer. Nos muestra una realidad bastante cruda la que busca prevenir el consumo de drogas -típico libro que en el colegio te hacían leer a esa edad para que generara algo en ti, pero sinceramente creo que a mis compañeros no les ayudó mucho -chan, chan, obvio que es broma- pero bueno, a mi sí al menos-.

Ya, ahora sí, mi opinión como tal, siempre me he considerado una persona bien centrada, que si hago algo es porque realmente lo siento así -además que la pienso mucho, ji-, y conociendo algunos casos -no tan cercanos- me puedo dar cuenta que muchas veces el primer consumo de algo se debe a que somos seres sociales -ah, yia-, que constantemente estamos queriendo la aprobación de los demás, sino se nos aparta y excluye -a nadie le gustaría estar así, bien trágico-. Y llevándolo al caso de la protagonista me provocó esa sensación, de querer siempre esa aprobación, de sentirse bien para los demás y no primeramente consigo misma como debe ser siempre, además de que después te sumerges tanto en dicho mundo que es difícil salir y es esa la lucha que nos presenta Alicia a lo largo del relato.

Me gustó que fuera diario de vida, ya que me pude imaginar las escenas que nos presentaba -quizás no tanto, pero es bien detallada al momento de escribir-, también me agradó que se diera cuenta lo que sucedía con su vida y quisiera enmendar errores del pasado, para mejorar su presente y futuro. Bueno, y cerrando, lo recomiendo por muchas razones -diré algunas-. Primero por querer mostrarnos una realidad que pasa muchas veces desapercibida ante el común de las personas, pero que ocurre mucho -más aún en nuestros días- que siempre se quiere esconder, por miedo a la exposición de temas que “alteren la tranquilidad y lo normado”. Segundo, porque es una lectura rápida que te atrapa desde la primera página -además que es bastante corta y se puede leer en poco tiempo-. Tercero ya que solo busca exponer un punto de vista, un caso dentro de muchos, no es una sentencia del mundo de las drogas -eso es un parafraseo del libro, ji-, pero me parece cierto, no porque un caso se lleve y tenga un desarrollo de dicha manera, todos serán así. Y por último, es para que tengan una idea de cómo se vivía el día a día de una joven en la década del sesenta, que se asemeja mucho a lo que se vive en nuestro actual sigo veintiuno… ¿Y a ustedes qué les parece la historia?, espero ver sus opiniones en los comentarios, y eso no más, nos leemos luego, saludos.

Escrito por Matías.